lunes, 22 de julio de 2013

                                   COMPROMISO SOLIDARIO
De todas las crisis a las que, como era previsible, conduce una "globalización" que ha sustituido la justicia y el buen criterio político por las leyes del mercado, la más grave es la alimentaria. Las crisis económica y medioambiental permiten planteamientos a más largo plazo, pero la alimentación constituye una cuestión básica directamente relacionada con el derecho humano supremo: el derecho a la vida.
Al afectar la supervivencia de mucha gente -casi 1.000 millones de personas no reciben la dieta mínima, el hambre desemboca en disturbios, en malestar social irreprimible. es una amenaza a la estabilidad de las naciones. El cambio se volverá irrefrenable si, a la crisis financiera, se unen las de la alimentación, por lo que se reclama con apremio que la actual economía de guerra y de dominio se transforme aceleradamente en una economía de desarrollo global.
Existe ya el conocimiento. Debemos ser capaces de aplicarlo. Es incuestionable que la gran urgencia actual consiste en hacer posible el disfrute por parte de todos de los frutos del saber.
                                          

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